Los tanques, así como las armas anti-tanque, fueron las únicas armas terrestres que tuvieron una evolución importante durante la Segunda Guerra Mundial. En 1939, los tanques más poderosos, contaban con un cañón de 37 mm y tenían blindajes de hasta 40 mm de espesor. En 1942, usaron cañones de 75 mm y el blindaje aumentó al doble. En el desembarco en la playa de Tarawa, la primera oleada de LVT sólo fue capaz de poner en tierra dos tanques que pronto fueron destruidos, posteriormente dos pelotones con tres y cuatro tanques tocaron tierra y ayudaron a impulsar la línea a 270 m. de la costa, pero al final del día sólo un tanque seguía operativo.

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