El Mazda 767B tenía 500 caballos a 8.500 rpm con fiabilidad para 24 horas, lo que representaba un extra de 75 caballos. No era la única ganancia en el coche. La aerodinámica del 767B representaba una considerable evolución respecto al 757 de los dos años anteriores, con un frontal con mayor voladizo y carga aerodinámica y una cubierta de motor más corta, con el alerón en forma de viga cantilever, mejorando el rendimiento aerodinámico del coche.
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