El 17 de junio de 1923 Enzo Ferrari ganó una carrera en el circuito Savio de Rávena, y allí conoció a la condesa Paolina, que le pidió que usara el caballo en sus coches, sugiriendo que le traería buena suerte, pero cuando Alfa le permitió usar el caballo en los coches de la Scudena fue nueve años después, en las 24 Horas de Spa. Ferrari gano y conservó el caballo negro pero añadió un fondo amarillo porque era el color representativo de Módena.
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